La última noticia en el mundo de la moda. JOHN GALLIANO regresa y lo hace de la mano de Maison Martin Margiela. Su primera colección para la casa lleva por título Artisanal, la línea de Alta Costura de la firma. El desfile tuvo lugar este lunes 12 de enero a las 5 de la tarde, en Londres, ciudad donde se crió el diseñador. Renzo Rosso, presidente del grupo al que pertenece Maison Martin Margiela, ha agradecido a John Galliano su trabajo colgando una fotografía junto a él en su perfil de Instagram.
Renzo Rosso con John Galliano
Desgraciadamente lo más comentado no parecen ser los vestidos del diseñador si no el hecho de que, pese a que la Alta Costura sea una gran plataforma publicitaria, estaban prohibidas las fotos. Pese a todo en las redes sociales las imágenes del evento han surgido como flores así que todo hace pensar en una estudiadísima estrategia comercial.
Martin Margiela propuso hace varios días el hastag #margielamonday para que los profesionales del sector compartieran las fotos. Renzo Rosso, dueño de Margiela, ha sido muy inteligente y ha querido la máxima expectación sobre este desfile.
¿Qué propone John Galliano para Martin Margiela? En principio una colección a años luz del trabajo que el diseñador realizaba para Dior. Creaciones que buscan lo que caracterizó los mejores años de Martin Margiela para conseguir una fusión entre funcionalidad y deconstrucción de elementos.
Algunas prendas cambian función y posición según se mire, hecho que fusiona las características de Martin Margiela con las de Galliano. En esta colección Alta Costura para primavera-verano 2015 abundan la superposiciones de adornos y tejidos que contrastan con la sobriedad de colores (predominan el blanco, negro, el rojo y los tonos tierra).
El resultado es una colección con aire romántico en la que persiste la característica extravagancia de Galliano acompañada de la clara esencia minimalista de Martin Margiela. Miles de elementos comunes en todas las piezas con los que John Galliano reinterpreta el espíritu de la casa belga.
á este último interrogante, repetido hasta la saciedad, sea el que ha llevado a Galliano a firmar una colección equidistante entre sus años dorados en Dior y la época más famosa de Martin Margiela. Recuerda a ambos ipso facto y contiene propuestas tan aparentemente inconexas como un vestido rojo de líneas depuradas, una chaqueta con enormes apliques de plástico y un traje con sobredosis de incrustaciones que busca pretendidamente el feísmo. Se explotan rasgos comunes como la deconstrucción de elementos o el aparente cambio de función y posición de las prendas. Emerge Galliano en esa superposición de adornos y tejidos que quiere aparentar exquisito deterioro (o sofisticación de lo harapiento) y contraataca Margiela con los trajes de chaqueta a medio terminar, los sujetadores sobre la camiseta, la máscara o el juego bicolor. El uso de adornos 'en bruto',de objetos cotidianos (de las conchas marinas a los coches de juguestes) dipuestos de tal forma que simulan rostros o partes del cuerpo, es el modo en que el creador actual reinterpreta el legado del creador primigenio. Si Martin creía en la belleza de lo residual, John toma el relevo jugando al ready made dadaísta y trasladando a las prendas los lienzos de Arcimboldo.
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