En este vertiginoso vórtice de pasarelas y semanas de moda de septiembre le ha tocado el turno a al MILAN FASHION WEEK. Las tendencias primavera-verano para 2015 se han desvelado muy claramente: revivir los años 70, sofisticación y estampados.
La fragilidad invadió el desfile de Alberta Ferretti con sus diseños de gasa en color nude, sin rastro de nada que marque el cuerpo y las curvas, con toques de cowboy a través de los flecos. En su aniversario Marni ha querido que se escuchase su voz a través de la belleza y la botánica: flores, capas de brezo, hierbas y demás. Para Gucci el lujo casual ha sido la directriz a seguir lleno de glamour y hippie de lujo con poco negro.
Giorgio Armani trajo su versión del mar a la pasarela con su colección "Arena" en la que la ropa ligera en color beige arena y el estampado animal (print de cebra y leopardo en tejido diáfano) coloreaban chaquetas a medida en tejido transparente, pantalones que iban a bombachos y faldas largas de estampado de rayas de tigre. "La luz del verano" es lo que trajo Roberto Cavalli a esta semana de la moda con vestidos de estampados salvajes con colores veraniegos y juegos de años 70. Giambattista Valli con su línea Giamba lanza una línea más joven y más accesible en la que hubo mucha decoración floral, recuerdos de sus niñas y del espíritu de los 70.
Jeremy Scott se inspira en Barbie y propone en Moschino una colección muy atrevida y femenina que destila color rosa por todos los poros. Alejarse de la sobriedad que ha sido consigna de la casa parecía ser la intención de Max Mara que utilizó los prints para crear efectos sorprendentes. Fendi propone vestidos años setenta y looks de dos piezas con aire aniñado.
Prada apuesta por los tejidos mezclados en prendas que siguen esta tendencia años 70 presente en toda la pasarela, y consigue una silueta femenina, sexy y sutil con piezas de artesanía que remarcan el efecto "sin acabar". La piel sigue siendo protagonista, esta vez en Trussardi, que destaca siluetas en forma A, utiliza pantalones oversize para dar una elegancia no pensada, y confecciona elegantes abrigos. Tod's reinventa el look de working girl para darle toques clásicos llenos de elegancia y sofisticación mediante conjuntos de tejidos ligeros y versátiles en colores tenues.
El cristal de Murano ha sido la inspiración de Salvatore Ferragamo para una colección en la que se ha pensado en los años cuarenta y en los artistas que trabajaban la paja y las materias primas usando una silueta que, fundamentalmente, se ajusta al cuerpo en la cintura y se ensancha en el dobladillo siguiendo la línea del cuerpo. Para Aquilano Rimondo Henri Matisse es su musa en una colección que busca la sensación borrosa mediante tejidos ligeros de tonos pálidos y livianos que a veces se unen a telas más gruesas. Los flecos y las chicas de los años 20 se unen gracias a Marco de Vincenzo que busca una prenda de una sola forma artística.
Peter Dundas, de Emilio Pucci, comforma colores y atardeceres en prendas con cierto look hippie pero de lujo: vestidos tie-dye multicolor, crochet, flores en corpiños y hombreras, vestidos de gasa... Rodolfo Paglialunga intenta seguir la estela de Jil Sander y busca la moda andrógina transformando lo masculino en femenino con sastrería sencilla. Donatella Versace propone una sastrería en negro muy reducida con líneas geométricas que dan modernidad.
Antonio Marras busca conexiones entre el arte y la moda mediante flores tridimensionales, sastrerías de rayas azules y rojas (usada también para vestidos de falda amplia), y resaltando la cintura. Tomas Maier, de Bottega Venetta, ya dijo que pensaba en "el baile, el cuerpo, la gracia, el ejercicio, la postura..." que se traducen en sencillez y modestia y colores beige claro, azul pálido y rosa pastel. Una sinfonía basada en Carmen fue la propuesta de Dolce&Gabbana. Shorts toreros, flores en el pelo, lazos negros, corses... El look Carmen conquistó los corazones del público con un simbólico corazón bañado en oro en el pecho.
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