Nacido en Nueva York en 1923, RICHARD AVEDON es uno de los mitos fotográficos del siglo XX. Su estilo de contrastes visuales y conceptuales le ha definido como el mejor retratista de la sociedad americana desde cualquiera de sus ángulos. Su obra hoy en día se exhibe en los mejores museos del mundo
Después de completar sus estudios de filosofía en la Universidad de Columbia y de su época en la Marina Mercante Americana, se apuntó a las clases de Alexey Brodovitch, editor de la revista Harper's Bazaar, en las clases que impartía en la New School for Social Research de Nueva York. Él fue el primero que contrató a un joven Avedon como fotógrafo para su revista en 1947. Años más tarde se convertiría en el jefe de fotografía de dicha publicación y también trabajaría para muchas otras como Vogue a partir de 1966, y Life. Su carrera, que alcanzó su punto álgido en los sesenta, se extendería hasta los años ochenta.
¿Por qué la fotografía de Avedon marca un antes y un después? En primer lugar porque fue uno de los primeros fotógrafos que en considerar la fotografía de moda como "artística" elevando, de este modo, su consideración.
Por otro lado luchó encarecidamente por cambiar la actitud de las modelos cuya imagen, hasta la fecha, era muy sumisa, indiferente e, incluso, rígida. Las modelos de Avedon ríen, andan y se mueven como lo harían en su vida diaria. Todos sus modelos proyectaban libertad y creatividad pese a que Avedon tuviera muy claros los esquemas compositivos y estudiara cuidadosamente los escenarios.
Pero si hay que destacar el trabajo de Avedon por algo es por su concepción del retrato. En apariencia son muy sencillos y presentan una sobriedad estilística abrumadora, pero en realidad tienen un marcado carácter psicológico. Para Avedon el retrato "Constituye el resultado de la dialéctica que se establece entre el fotógrafo y el modelo que se sabe fotografiado". Su objetivo capta rasgos insospechados sin buscar valores externos o internos del personaje que aparece desnudo e indefenso en un fondo liso sin moverse de los parámetros que marca el fotógrafo.
Su manera de retratar era muy característica. Buscaba derrotar al personaje a través de largas y pesadas sesiones fotográficas que podían durar más de cuatro horas. En ese momento era cuando Avedon podía realizar su ansiada radiografía. El modelo, cansado, hastiado e indefenso, mostraba su verdadera personalidad. En ese momento Richard tomaba distancia y atrapaba la esencia de su carácter.
Sin embargo Avedon nunca se encorsetó en el mundo del glamour y de la moda. En 1958 recibío el premio One of the World's Ten Greatest Photographers concedido por la revista Popular Magazine. Realizó reportajes de carácter social retratando las actividades del Movimientos por los Derechos Civiles del sur de EEUU, captó la crudeza de las víctimas de la guerra de Vietnam y las manifestaciones en contra de la misma, y documentó la Alemania dividida la noche en que el muro de Berlín fue derribado.
Uno de sus grandes trabajos vino del Amon Carter Museum, en Texas. De 1979 a 1984 Avedon recorrió el oeste de EEUU fotografiando granjeros, vagabundos, amas de casa, vaqueros, prostitutas, etc, en fotografías tomadas con luz natural y con fondo blanco o al aire libre. In the american west es el mejor retrato del fotógrafo: el sueño roto americano. Individuos a los que Avedon dota de una visión artística gracias a su impecable ojo expresivo. Como él mismo declaraba "Algunas veces pienso que todas mis fotografías son fotografías de mí mismo. Mi preocupación es la condición humana; sólo que considero que la condición humana puede ser, simplemente, la mía propia".
Paralelamente a su trabajo en la moda o su vena social, Richard Avedon realizó una fotografía en la que reflejaba sus vivencias más personales. En esas tiradas fotográficas hay un motivo fundamental: el paso del tiempo. El fotógrafo llegó a estar muy obsesionado con este concepto y el modo en que influenciaba al ser humano. La vejez y el camino hacia la muerte aparecen por ejemplo en su libro Portraits (1976) en el que expone el proceso de envejecimiento de su padre a través de siete fotografías en las que, poco a poco, la figura se integra con la luz que la rodea.
Richard Avedon estuvo activo hasta su muerte en octubre de 2004 por un derrame cerebral. En aquel año se encontraba realizando un reportaje para New Yorker que documentaba el proceso electoral estadounidense. Algunas de las fotografías de aquel proyecto, titulado On democracy, se han incluido posteriormente en libros publicados tras su muerte como Portraits of Power. "Si pasa un día sin que haga algo relacionado con la fotografía es como si hubiera dejado algo esencial de mi existencia, como si hubiera olvidado despertarme". El maestro lo consiguió.
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