lunes, 27 de octubre de 2014

Siguiendo a Truffaut en su 30 aniversario

La Cinemateca Francesa de París presentó hace unos días una gran retrospectiva integral y una exposición que homenajea a FRANÇOIS TRUFFAUT (1932-1984), la gran figura de la nouvelle vague, en el 30 aniversario de su muerte que se conmemoró el día 21 de octubre. Podrá visitarse hasta el 5 de enero de 2015.



La exposición incluye una reconstitución inédita de la sala de redacción de la revista Cahiers du cinéma, lugar en el que se gestó la nouvelle vague ("nueva ola"), y también su mítica oficina de los Films du Carrosse. Aquel movimiento es la denominación que la crítica utilizó para designar a un nuevo grupo de cineastas franceses surgido a finales de la década de 1950. Los nuevos realizadores reaccionaron contra las estructuras que el cine francés imponía hasta ese momento y, consecuentemente, se impusieron no sólo la libertad de expresión, sino también libertad técnica en el campo de la producción fílmica. Aquel movimiento transformó el cine francés y acabó contagiando al resto del mundo.



Los miembros de la nouvelle vague en Cannes (1959). En primer plano
(de izquierda a derecha): François Truffaut, Raymond Vogel, Louis
Félix, Edmond Séchan.

El universo íntimo del artista se exhibe a los visitantes que pueden de este modo conocer al gran cineasta a través de documentos audiovisuales, extractos de otras cintas suyas, fotos, guiones, carteles y otros objetos que revelan mejor la manera de Truffaut de entender la creación cinematográfica. El mítico director supo filmar como nadie la infancia y la pasión amorosa con la ayuda de grandes actores y actrices como Catherine Deneuve, Jeanne Moreau o Jean-Pierre Léaud. La retrospectiva, comisariada por el director de la Cinemateca, Serge Toubiana, subraya entre otros ideales fundadores de Truffaut su deseo de hacer cine para realizar sus sueños de adolescente, hacerse bien “y, si es posible, hacer bien a los demás”.



Las películas de François Truffaut son sencillas y directas, nada presuntuosas. La mayoría de sus personajes son tan cercanos y entrañables que el espectador se identifica fácilmente con ellos. François Truffaut amaba el cine, los libros, las mujeres y los niños. Su prematura muerte dejó un gran vacío en el mundo del séptimo arte, un enorme hueco que tres décadas después aún no se ha llenado. Títulos como Los cuatrocientos golpes, Tirad sobre el pianista, El último metro, La noche americana y Jules y Jim son ya clásicos del celuloide. 


Trailer - Los 400 golpes


Trailer - Jules et Jim

La exposición recrea cronológicamente la vida del artista desde su nacimiento en 1932 en París. Niño semiabandonado, delincuente juvenil, lector voraz y romántico incorregible, Truffaut fue un narrador brillante y personal especialmente hábil para el retrato sentimental. 
Le gustaba la luz natural, usaba cámaras que antes se utilizaban sólo para reportajes periodísticos y el guión siempre estaba abierto a cambios de última hora. Desde las páginas de la revista Cahiers du Cinéma, admiraba y reivindicaba a directores americanos como Howard Hawks, Alfred Hitchcock, John Ford o Stanley Donen, hasta entonces menospreciados. Tres décadas después de morir de un tumor cerebral a los 52 años Truffaut sigue inspirando a los directores de hoy en día.


Durante la famosa entrevista que Truffaut realizó a Hitchcock

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