lunes, 22 de diciembre de 2014

El Museo Balenciaga homenajea a las modistas

Una exposición que nace a partir de unos patrones olvidados en una maleta. El destino quiso que fueran las creadoras catalanas Fiona Capdevilla y Rosa Solano quienes, a la muerte de la modista Pilar Ayarza, dieran con antigua maleta de mimbre que la modista Pilar Ayarza tenía en su piso de Barcelona. Al abrirla descubrieron que estaba repleta de patrones enrollados de la época en la que la modista trabajaba con Balenciaga. Así nace el proyecto MALETA DE UNA MODISTA. ENTREDÓS 3.O que acoge el Museo de Balenciaga hasta el 15 de abril de 2015.



Miren Vives, Fiona Capdevilla y Rosa Solano.


La exposición servirá de prólogo a una campaña que el Museo Balenciaga pondrá en marcha en 2015 para recopilar información acerca de todas aquellas mujeres que trabajaron en los talleres del modisto. Miren Vive, directora de la exposición, explicaba que la idea es recoger nombres, testimonios, documentos y fotografías sobre estas modistas a través de ellas mismas, si es posible, o de sus familiares, para sustentar con todo ello una investigación que interesa al museo porque "puede aportar valor, tejer lazos y relaciones". 



Los cuadros, con composiciones abstractas basadas en los patrones de Balenciaga, reflejan la trayectoria pictórica de Rosa Solano, mientras que los trabajos sobre telas son obra de Capdevilla, que ha recreado varios de los diseños que escondía la maleta, en telas en las que ha imprimido el estampado del papel que Ayerza usó para envolver todos esos prototipos, de tiendas de tejidos y camiserías de la época.




Materiales esenciales del mundo de la costura como botones, agujas, alfileres, tijeras y acericos están presentes en cada una de las piezas que se exhiben en Getaria, algunas ya expuestas hace cuatro años en Barcelona y otras nuevas. "Nuestra idea es mostrar la pasarela del taller, no la del glamour. Es una pieza homenaje a ese mundo de la laboriosidad y el oficio que hizo posible que el mundo de la alta costura pudiera existir", ha destacado Miren Vives. En las distintas zonas en las que se distribuye la exposición se puede ver también piezas del taller original de Ayarza, colocadas para simular lo que fue su área de trabajo en el piso de Barcelona.



Fue a la muerte de la modista cuando, la propietaria de la vivienda, ofreció a Capdevilla un maniquí: "Fui a ver un maniquí y me encontré un mundo", ha asegurado esta creadora que trabaja con material textil y que luego conoció a Solano, con la que empezó la construcción y deconstrucción del legado de Pilar Ayarza.


No hay comentarios:

Publicar un comentario