Grace suele afirmar que “The september issue es la única razón por la que a alguien le pueda sonar mi nombre”. SIn embargo cualquier fashionista, diseñador, editor o, simplemente, amante de la moda sabe de sobras que esa afirmación es pura modestia. Cierto es que GRACE CODDINGTON saltó a la palestra por un famoso documental que explicaba el proceso de publicación del número más importante de la revista VOGUE: The september issue, pero no es menos cierto que Grace ya se había ganado su fama como estilista a pulso.
Grace nació en el norte de Gales y, en cuanto cumplió dieciocho años en 1959, se trasladó a Londres. Comenzó matriculándose en un curso para modelos en la academia Cherry Marshall. En su libro de memorias, Grace, que publica la editorial Turner, Grace relataba que “ser modelo parecía el modo perfecto de fugarme a un mundo de riqueza y emoción, la oportunidad de viajar y encontrar personas interesantes (…). Además me encantaba ver ropa bonita en bonitas fotografías, y ahí soñaba con estar yo”. Durante su época como modelo John Cowan la apodó el bacalao en oposición a otra famosa modelo, Jean Shrimpton, que era la gamba.
Lo de ser estilista le llegó casi una década más tarde. En 1961 un accidente la apartó de su carrera como modelo. Después de varias operaciones consiguió recuperar el párpado izquierdo. Tras una época de movimiento entre Londres y París comenzó a trabajar como estilista para Vogue UK, trabajo que abandonaría en 1987 por un puesto como directora de diseño para Calvin Klein.
Pero Grace sabía que aquello no era lo suyo. La relación con Anna Wintour, que había ascendido a la dirección de Vogue EEUU hacía poco más de un año, estaba a punto de fraguarse. Wintour llamó a Grace para ofrecerle el puesto de estilista en la famosa revista y ésta no se lo pensó dos veces. El tándem Wintour-Coddington comenzó a funcionar y se ha configurado a lo largo de los años. Pese a ser dos personalidades muy diferentes que tienen caracteres absolutamente contrastantes, han demostrado con el paso del tiempo que su creatividad funciona en la misma dirección.
Una de las claves de la filosofía de trabajo de Grace es el análisis que realiza sobre el fotógrafo y la modelo con los que trabaja, y también su forma de comunicarse con maquilladores y peluqueros. “Debo ser la última editora de moda que viste a las modelos en vez de dejarle la tarea a un asistente. Para mí es crucial. El backstage es el único lugar que te queda para comunicarte con la modelo y transmitirle la idea que quieres reflejar sin interferir con el fotógrafo”, confiesa Grace.
Grace Coddington es una pionera comunicando moda a través de las imágenes. No sólo se trata de proponer sino de interpretar estilos de vida. La estilista siempre secunda las palabras de Diana Vreeland (antigua Editora de Moda de Vogue USA): “No es el vestido lo que importa finalmente, es la vida que se vive mientras se lleva puesto ese vestido”. Transmitir el diseño de una forma y en una manera que permita al cliente soñar y vivir otra realidad es lo que consigue Grace con sus editoriales.
En su autobiografía Grace Coddington confiesa muchos de sus pequeños secretos. Por ejemplo es bien sabida la relación que establece con las modelos, a quienes siempre protege y concede un afecto muy maternal. También es un secreto a voces que no le gusta el modo en el que funciona la moda actualmente y que suele detestar la algarabía que se forma durante los desfiles de moda.
Grace por Joana Avillez
Grace por Hayden Williams
Grace por Alexamdro Palombo
El futuro de Coddington es, no obstante, incierto. Su desagrado ante lo que hoy ocurre en la moda hace que quizás el sector ya no sea su lugar. Ella misma declara que “Uno de los aspectos de mi trabajo que más me interesan es darle a la gente algo con lo que soñar, igual que soñaba yo de pequeña mirando fotografías. Todavía tejo sueños y me inspiro en todo lo que puedo, buscando la parte romántica del mundo real, no del digital”.
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